16.5.06

LOS TRIANGULOS DE LA MUERTE

Humprey Bogard, que también hizo de Philipe Marlowe, como Sam Spade en El halcón maltés.

El intrigante y desgraciado hecho ocurrió alrededor de la una y media de aquella gélida madrugada. Minutos después de las dos, un funcionario de Investigaciones que conocía a ambos socios, llama y despierta a Sam Spade para darle la infausta noticia, la que es tomada con el mismo impacto que le podía producir un boletín meteorológico de Ranchipur. Spade se vistió, pidió un taxi y llegó al teatro del acontecimiento cuando serían cerca de las dos y media. Ni siquiera quiso ver de cerca el cadáver aún tibio del que había sido, hasta hace minutos, su socio, amigo y compañero de correrías. A las dos y cuarenta, más o menos, llama a su secretaria desde un teléfono público: le pide que sea la encargada de comunicarle la buena nueva a una viuda que aparentemente todavía no sabe que lo es. Como el teléfono no le contesta, la obediente empleada se costea hasta el domicilio y constata que la mujer acaba de llegar –serían las tres y cuarto- y que monta una manida y poco convincente mise-en-scène de que se había ido a la cama junto con los pájaros...

A la misma hora, minutos más, minutos menos, en el momento en que intentaba ingresar al hotel en que estaba alojado, de cuatro balazos de 45 en la espalda es asesinado el ciudadano inglés al que venía siguiendo Miles Archer. En la pechera llevaba una Lüger sin disparar...Dicho sea de paso, nunca se supo el resultado de la pericia balística y si realmente había sido la pistola inglesa la autora del disparo. Sólo las constataciones informales del momento, por parte de la policía, que olieron el cañón del arma y la experiencia les dijo que había sido disparada no hacía mucho. Pero por más olfato que tenga un sabueso, jamás puede llegar a husmear contra qué se lo hizo. ¿Es esto también un problema formal?