ALGUNOS ANTECEDENTES
Los giros literarios, al ser referidos específicamente a la literatura, suelen ofrecer sus riesgos. ¿Qué significa ser más humano? Qué ha sido más humanizado? ¿Qué es más verosímil? ¿O qué perteneciendo realmente a la especie lo es en mayor grado que sus semejantes?
Creo que antes de sumergirse en apreciaciones teóricas de cualquier índole, por lo menos habría que empezar por ver si el sujeto en cuestión tiene una historia personal o si, al igual que cualquiera de sus semejantes de tinta y papel, un día fue escrito y listo, abrimos un libro y simplemente estaba allí, tremendo, respirando inmortalidad, pero carente de pasado y no envejeciendo, atemporal, sin más biografía particular que esporádicos racontos o vagas referencias ambientales. Los personajes novelescos suelen adolecer de esta característica de nacer y quedarse con la misma edad en un lapso equis de vida, pero casi siempre dentro de los límites de un solo volumen; abstraídos, no tienen más remedio que abdicar en ese fluido ininterrumpido que es lo cotidiano, precisamente lo que aja y encanece.
Al comienzo